Bendito sea el que viene en el nombre del Señor, este grito de bienvenida como lo usa el coro de levitas en los servicios del templo y por los habitantes de Jerusalén al saludar a sus hermanos desde la distancia, se usa de una manera inusualmente apropiada en el caso de Cristo a su entrada en la ciudad; los hemos bendecido fuera de la casa del Señor, deseándoles las maravillosas bendiciones que se dispensan en el templo.

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