Alabado sea el Señor, toda la congregación de creyentes alzando su voz con ese fin; porque es bueno cantar alabanzas a nuestro Dios, con quien los creyentes se unen en la comunión más íntima y declaran orgullosamente su posesión de Él; porque es agradable y hermosa la alabanza, conviene y conviene que los fieles se ocupen de cantar salmos de alabanza, un deber bienvenido. A continuación se enumeran algunos de los hechos que incitan a los creyentes a alabar a Jehová.

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