Cuando los impíos, los hacedores de maldad y maldad, incluso mis enemigos y mis enemigos, los que se oponen y oprimen a él por todos lados, vinieron sobre mí, acercándose a él con marcada hostilidad, para devorar mi carne, como fieras ansiosas de desgarrar. y devoraron su presa, tropezaron y cayeron, incapaces de llevar a cabo su objetivo debido a la protección que Jehová le dio a David.

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