Dales conforme a sus hechos, todo lo que merecieron su maldad, y conforme a la maldad, la maldad y la hipocresía de sus esfuerzos; dales según la obra de sus manos, pagándoles en especie; dales su desierto. Tenga en cuenta que un verdadero creyente pone su caso en manos del Señor, a quien pertenece la venganza.

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