También los que devuelven mal por bien son mis adversarios, porque yo sigo lo que es el bien, siendo la persecución de los piadosos por parte de los malvados lo ordinario, lo habitual en el mundo. Pero David, y todo verdadero creyente con él, se aferra a su fe en Jehová y en la misericordia perdonadora prometida en el Evangelio. V 21. No me desampares, oh Señor, entregándolo a la voluntad de sus enemigos oa la miseria de la desesperación absoluta; Dios mío, no te alejes de mí , listo para recibir su ayuda.

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