Y en cuanto a mí, me mantienes en mi integridad, el hecho de que él es inocente de haber cometido maldad deliberada, y me pones ante Tu rostro para siempre, bajo la vigilancia y el cuidado de Dios, como un objeto de Su confianza y amor por toda la eternidad. Al salmo se le ha agregado la doxología de todo el Primer Libro de los Salmos:

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