Estoy cansado de Mi clamor, con Su llamado de simpatía y ayuda en Su gran angustia; Mi garganta está seca, quemada o chamuscada, reseca y en carne viva, por el uso excesivo de Su voz; Mis ojos fallan mientras espero a Mi Dios, derretido en lágrimas, Sus ojos se han cansado, agotados por el esfuerzo de la esperanza y el anhelo incumplido del rescate de las manos de Dios. El Mesías ahora describe la naturaleza de Su miseria, la razón de Su amarga queja.

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