Tú, incluso Tú, afirmó con el mayor énfasis, eres temible; ¿Y quién podrá estar delante de ti cuando una vez estés enojado? La respuesta es obvia: es imposible que ningún hombre esté delante del omnipotente poder de Jehová; ningún enemigo, por poderoso que sea, puede llevar a cabo sus designios hostiles sin el permiso de Jehová.

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