La justicia irá delante de él, como el heraldo que anuncia su venida; y nos pondrá en el camino de sus pasos, siguiéndolo de cerca y con cuidado, para que una vez más sea conocido y observado en toda la tierra. De esta manera el Señor se dirige a la oración de sus santos, refrescándolos después de la experiencia de tanta tribulación por su parte, brindándoles horas de alegría ante su rostro.

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