Muéstrame una señal para bien, una evidencia del favor divino, una medida especial de sus bendiciones, para que los que me odian puedan verlo y se avergüencen, cubiertos de vergüenza por el favor del Señor que descansa tan manifiestamente sobre los fieles; porque tú, Señor, me ayudaste y me consolaste. Todos los creyentes pueden pedir libremente la misma ayuda y consuelo de parte de Dios, porque Él es verdaderamente el Dios de todos los que ponen su fe en Él.

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