Pero tú desechaste y aborreciste, desechaste, contra tu ungido te enojaste. Aquí se enfatiza la naturaleza vicaria de la obra del Redentor. Tan completamente se convierte en el Sustituto del hombre en la obra de expiación que puede decir que fue rechazado por Dios, que Dios estaba enojado con su Mesías.

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