Ten piedad de mí, oh Señor, mostrándole su divino favor o gracia; considera la angustia que sufro de los que me odian, siendo afligido por ellos por todos lados, Tú que me levantas de las puertas de la muerte, donde estaba casi a punto de ser encarcelado, como los enemigos buscaban su vida,

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad