Pasando de la instrucción particular a la general, el apóstol primero ordenó la gracia del regocijo. Dos veces repitió su mandato. Además, ordenó a los filipenses que se manifestara la paciencia para con todos los hombres. Continuando, mostró que la cura para la ansiedad es la súplica con acción de gracias. A este respecto, usó esa notable frase, "la paz de Dios". Obsérvala con atención, la paz de Dios, Su quietud como serenidad, basada en Su conocimiento infinito y poder ilimitado.

Bien declara el apóstol que sobrepasa todo entendimiento. Ésta es la paz que ha de guardar el corazón de aquellos que dan a conocer sus peticiones a Dios. Saber que Él sabe, estar seguro de que le importa, obedecer con la confianza de que Él es capaz de realizar toda Su perfecta voluntad, es tener el corazón en reposo y los pensamientos protegidos contra la ansiedad y libres para el servicio más elevado.

La mente así custodiada por la paz de Dios queda libre para pensar en las cosas más elevadas que Pablo menciona aquí. Al concluir su carta, el apóstol expresó su agradecimiento por el amor que le manifestaron los santos en Filipos y declaró que en todas las cosas había aprendido el secreto del descanso en medio de diversas circunstancias. Ese secreto se revela en última instancia en las palabras: "Todo lo puedo en Aquel que me fortalece".

La razón más profunda de su agradecimiento por su cuidado no es egoísta, sino que su ofrenda significó que el fruto aumentó en su cuenta. Qué plenitud de pensamiento hay en la declaración tan familiar y, sin embargo, sorprendente para siempre. "Mi Dios suplirá todas tus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús".

La doxología constituye una expresión adecuada de la experiencia del cristiano. Este prisionero del Señor Jesús, reconociendo su relación con Dios, le atribuye la gloria y así se ve superior a todas las limitaciones que caracterizaron su posición. Las últimas palabras son las de un saludo personal y tierno mediante el pronunciamiento de la bendición única e inclusiva de la gracia del Señor Jesucristo.

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