En esta sección (17-18), tenemos una profecía que trata de Damasco y un interludio que contiene un soliloquio del profeta. La carga de Damasco ( Isaías 17:1 ) anuncia su perdición. Sin embargo, es evidente que el profeta tenía en mente una alianza que se había establecido entre Israel o Efraín y Damasco. La condenación de Damasco significa la destrucción de la fortaleza de Efraín.

El profeta luego procede a describir el juicio de Efraín, que resultará de la destrucción de Damasco; y declarar que el efecto será obligar a los hombres a mirar a Jehová en lugar de a los ídolos. La razón de esta visitación es que Efraín se había olvidado de Dios.

El soliloquio del profeta comienza aquí (versículos 17: 12-14) y revela su conciencia de los pueblos opuestos en torno a la nación elegida y de Jehová como Defensa perfecta.

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