Procediendo, Jehová desafía al pueblo a probar su afirmación de que han sido abandonados al presentar el escrito en el que Dios se ha divorciado de Su pueblo, y les declara que la razón de su separación fue su pecado, pero que aunque Jehová no encontró a ningún hombre, Él Él mismo está decidido a la liberación.

Llegamos ahora a la respuesta del Siervo al llamado de Jehová. Esta es, ante todo, una declaración de consagración al camino del sufrimiento (versículos 50: 4-9). Enseñado por Dios, está preparado para someterse a los golpes, seguro de que Jehová lo sostendrá.

Luego comienza una descripción de Su ministerio de sufrimiento. En esto lo primero es la breve palabra que separa al pueblo. A los que temen al Señor y permanecen en tinieblas se les pide que confíen. Aquellos que caminan a la luz del fuego que han encendido, están condenados al dolor.

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