La palabra del Señor acerca de Moab es un juicio que, sin embargo, se cierra con un rayo de esperanza. El juicio se describe, en primer lugar, desde el punto de vista del flagelo. Se predice la extensión generalizada de la misma, y ​​la dicción y la impotencia se exponen gráficamente.

Luego se habla del juicio desde el punto de vista de Moab, es decir, se reconoce la larga seguridad de Moab y su libertad de aflicción, así como también su confianza en sí mismo. En contraste con esto, se anuncia la sentencia. Toda su seguridad pasada se acabará y su fuerza se desvanecerá. Finalmente, en un largo pasaje lleno de tremendo poder, se describe el juicio de Moab desde el punto de vista del espectador.

Las naciones circundantes están llamadas a observar y lamentarse, pero reconocen la justicia del juicio, ya que es un castigo para Moab por el pecado de magnificarse contra el Señor.

El profeta mismo, al observar el juicio, estalló en luto y lamento, con sollozos que describían la desolación, hasta que por fin, en una breve frase, anunció la promesa de Jehová de que finalmente restauraría el cautiverio de Moab, e indicó que hasta Ese tiempo de la intervención divina debe continuar el juicio de Moab.

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