Este pequeño salmo está lleno de belleza, ya que describe el camino por el cual muchas almas probadas y sacudidas por la tempestad han encontrado consuelo y fortaleza. En primer lugar, está el grito casi de desesperación. Los enemigos oprimen a los hombres de fe. Parece que no hay socorro ni siquiera de parte de Jehová. Sin embargo, tenga en cuenta que su fe en Jehová, que es Dios, permanece. Él puede ayudar. A Él entonces él llora.

Ésta es una lección de profundo valor. Si el corazón está sobrecargado y Jehová parece esconder Su rostro, que se le cuente la historia del infortunio. Es un ejercicio sagrado. Los hombres pueden no entenderlo. Incluso pueden acusarnos de falta de fe; cuando, de hecho, mientras todos los demás anclajes se desmoronan en la tormenta, la fe se aferra más firmemente a la Roca. ¿Cómo termina el salmo? Con un canto de triunfo. Sin embargo, es un cántico de fe, porque aún no se ha realizado la liberación. Entonces, ¿cómo surge la canción del lamento? Examine cuidadosamente las palabras:

Pero en tu misericordia he confiado; Mi corazón se regocijará en tu salvación.

Esa mirada hacia atrás ha servido para recordar al corazón atribulado las liberaciones y una nueva confianza nace del recuerdo que se pronuncia en una canción. Es bueno "olvidar las cosas que quedan atrás" si el recuerdo de ellas obstaculiza la presente consagración. También es bueno recordar todo el camino que Jehová nos condujo cuando el día estaba oscuro por el miedo.

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