Este es un cántico de la perdurable misericordia de Jehová. Se abre y se cierra con un llamado a la alabanza, y en sus movimientos principales expone el motivo de tal alabanza. En la llamada de apertura se hace uso de los tres grandes nombres o títulos de Dios, a saber, Jehová, Elohim, Adonahy. El primero se menciona en su solitario esplendor, como siempre. No hay ningún intento de calificación de comparación. El segundo se usa en comparación. Él es el Dios de los dioses. Todos los demás seres poderosos, falsos o verdaderos, son menos que Él; y subordinado a Él. De la misma manera es Señor de señores.

Las razones para la alabanza se encuentran en las manifestaciones de Su poder e interés en Su pueblo. Su poder, tal como se ve en la creación, se canta primero (vv. Sal. 136: 1-9). Entonces, su poder liberador manifestó a favor de su pueblo (vv. Sal 136: 10-15). Esto, naturalmente, se funde en el canto de Su guía y gobierno sobre ellos, cuando los tomó en posesión (vv. Sal. 136: 16-22). Y finalmente su bondad al restaurar a su pueblo después de la decadencia y el vagabundeo (vv.

Sal 136: 23-25). La nota dominante es la misericordia manifestada en todas las actividades de Dios. Ver el amor y la compasión de Dios en la creación, en la liberación, en el gobierno, en la restauración, es siempre estar constreñido a la alabanza.

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