Salmo 138:1-8

1 Salmo de David. Te doy gracias con todo mi corazón; delante de los dioses te cantaré salmos.

2 Me postro hacia tu santo templo y doy gracias a tu nombre por tu misericordia y tu verdad, porque has engrandecido tu nombre y tu palabra sobre todas las cosas.

3 El día que clamé, me respondiste; mucho valor infundiste a mi alma.

4 Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán cuando escuchen los dichos de tu boca.

5 Cantarán acerca de los caminos del SEÑOR pues grande es la gloria del SEÑOR.

6 Aunque el SEÑOR es sublime, mira al humilde; pero al altivo lo reconoce de lejos.

7 Aunque yo camine en medio de la angustia, tú me preservarás la vida. Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano y me salvará tu diestra.

8 El SEÑOR cumplirá su propósito en mí. Oh SEÑOR, tu misericordia es para siempre; no desampares la obra de tus manos.

La nota personal final de esta canción se alcanza con las palabras: "Jehová perfeccionará lo que me concierne". Se abre con la consagración al sagrado deber de la alabanza. Esta consagración tiene un triple aspecto. Es personal y, por lo tanto, se expresa en términos de integridad. “Con todo el corazón” no deja lugar a motivos mixtos de devoción dividida. Tiene a la vista a las autoridades circundantes, "ante los dioses".

Como testimonio del Dios supremo, el cantante alabará. Está dirigido "hacia el templo sagrado" y, por lo tanto, es consciente del siguiente orden verdadero de adoración según lo ordenado. A continuación, se declara que la razón de la alabanza es la misericordia y la verdad, como ya se ha demostrado. El efecto de la alabanza es el de la revelación de Dios a otros, quienes si llegan a conocerlo, también lo alabarán.

El movimiento final habla de la confianza del cantante en el futuro. Esto se basa en Su conocimiento. Él ve a los humildes y los altivos no pueden escapar de Él a distancia. Por lo tanto, la liberación del alma confiada de todos los problemas venideros está asegurada, de la misericordia duradera de Jehová, y la petición que revela la necesidad del cantante de la ayuda continua de Dios.

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