Los cinco salmos anteriores han tratado de la absoluta suficiencia de Jehová. Sus títulos indicarán esto: “Jehová el Objeto de la alabanza de Su pueblo, Jehová el Dios de misericordia, Jehová el Dios de Juicio, Jehová el Perfeccionador, Jehová Omnisciente y Omnipresente”.

En los cuatro que siguen se toca una nota diferente. Revelan la necesidad del hombre y su total impotencia. Sin embargo, se enfrentan a los cinco primeros. El atractivo de todos ellos proviene de la extrema necesidad de suficiencia absoluta. Conducen a otro que se emociona con acción de gracias, ya que expresa la conciencia de cuán perfectamente los recursos de Jehová satisfacen las necesidades del hombre.

El presente salmo trata sobre el tema de los enemigos externos. El cantante es consciente de que está rodeado de enemigos. El primer movimiento (vv. Sal. 140: 1-5) describe la malicia de los enemigos y termina con la oración por la preservación. El segundo (vv. Sal. 140: 6-10) comienza con una oración ferviente, cuya confianza se basa en experiencias pasadas de liberación; y termina con una petición definitiva por el desconcierto de sus enemigos.

El movimiento final (vv. Sal. 140: 11-13) es una afirmación de fe. El cantante confía en que en el gobierno de Jehová los hombres malos no pueden continuar. Los afligidos serán librados, y los justos y rectos serán perfectamente vindicados.

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