Este es un salmo matutino. Es la canción de un alma en grave peligro al amanecer de un nuevo día. Primero se expresa la conciencia de la dificultad. Los adversarios aumentan, y la parte más amarga del dolor es que se burlan de él, declarando: No hay ayuda para él en Dios.

Inmediatamente teniendo éxito, son las palabras que hablan de la confianza de la víctima y su razón. Jehová es a la vez "Escudo", "Gloria" y "Levantador". Entre este hombre y Jehová se establece la comunión: "Lloro" y "Él responde".

Luego sigue el lenguaje del coraje. Ha "dormido" y "despertado" porque Jehová lo sostuvo. Con esta seguridad, no temerá el aumento de adversarios. Luego, de estas circunstancias de peligro y convicción de seguridad, surge la oración pidiendo salvación y va acompañada de la afirmación de que Jehová ya ha escuchado y respondido. La conciencia de la constancia del amor divino ha sido siempre la fuerza del alma confiada en medio de las circunstancias del mayor peligro. Si eso se pierde, todo está perdido. Si eso se mantiene, ninguna gran agua puede abrumar.

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