Este breve salmo es un sollozo precipitado de ansiosa solicitud. Hay poca tranquilidad en ello. Los enemigos se dedican a la cruel persecución y la burla. Parece como si el cantor sintiera que la tensión se estaba volviendo demasiado para él, y temiendo que fuera vencido, clama en voz alta a Dios para que se apresure a su liberación. La fe del cantante es evidente en que clama a Dios, y evidentemente no tiene lugar en su corazón para cuestionar la capacidad de Dios para retenerlo. La única pregunta es si la ayuda llegará a tiempo.

No es el tipo de fe más elevado que se revela, pero estamos profundamente agradecidos de encontrar una canción así en este gran libro de poesía religiosa. Con razón o sin ella, a menudo llegamos a esos lugares de duda. No hay duda de que existe la capacidad de Dios o su interés y amor por nosotros, pero ¿no nos está probando más allá del poder de nuestra resistencia? Él no es; pero por momentos de terrible tensión parece como si lo estuviera.

Entonces aquí hay un salmo para esos días u horas. Tomémoslo y usémoslo, sabiendo que Él preferiría tener en nuestro cántico una expresión de honesto cuestionamiento que cualquier afectación de una confianza no poseída. Además, preferiría recibir de nosotros un cántico así que el silencio.

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