Este es un grito de angustia. Las condiciones descritas son las de una abrumadora calamidad nacional. El país y la ciudad de Dios son invadidos y saqueados por enemigos despiadados. El pueblo ha sido asesinado y dejado sin entierro. En medio de estas circunstancias, el salmista ora a Dios pidiendo perdón, ayuda y liberación.

No hay una nota actual de alabanza en el salmo, pero hay un trasfondo de confianza en Dios. Ésta es la cualidad de estos viejos cánticos de los hombres de fe que los hace vivos y poderosos en una época completamente diferente de aquella en la que los hace vivos y poderosos en una época completamente diferente de aquella en la que fueron escritos. Una lectura cuidadosa de esta canción mostrará tres cosas que evidentemente forman la más profunda convicción de la esperanza del cantante.

Primero, está el sentido de que toda la calamidad que se ha apoderado del poder y la bondad de Dios. Estas cosas no tendrían que haber sido si hubieran sido fieles, porque Dios es fuerte y tierno. De nuevo existe la pasión por la gloria del Nombre Divino,

“Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona los pecados por amor de tu nombre. "¿Por qué dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios?"

Finalmente, el mismo hecho de la canción es una revelación de la confianza subyacente en Dios. En la angustia, el corazón busca su camino de regreso a algún escondite, y lo encuentra en el Nombre de Dios, Quien, mediante el sufrimiento, los está tratando.

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