Este es un salmo para la Fiesta de las Trompetas. En el calendario de los hebreos, esta fiesta preparó el camino para el Día de la Expiación y la Fiesta de los Tabernáculos. El primer día del séptimo mes fue la fiesta de las Trompetas. El décimo día del séptimo mes fue la Expiación. El día quince del séptimo mes fue Tabernáculos Levítico 23:1 ).

El salmo comienza con un llamado a la Fiesta de las Trompetas y una declaración de su nombramiento Divino (vv. Sal. 81: 1-5). Entonces el cantor expresa la actitud de Dios hacia su pueblo, y el cántico procede como en las palabras de Jehová (vv. Sal. 81: 6-10). En primer lugar, les habla de su liberación de la esclavitud y de su respuesta a ellos en el Sinaí (vv. Sal. 81: 6-7). Luego les recuerda los términos del pacto con ellos.

Él hablaría y ellos deberían escuchar. No tendrían más Dios que Él mismo, y Él sería para ellos Jehová Dios. Debían abrir la boca y Él la llenaría (vv. Sal. 81: 8-10). Fracasaron en negarse a escuchar y obedecer, y por lo tanto Él los abandonó a su elección (vv. Sal. 81: 11-12). Finalmente, expresa su deseo de que regresen y declara su capacidad para librarlos (vv.

Sal 81: 13-16). Sigue siendo el mismo quemado por la fidelidad de Dios y la infidelidad de su pueblo. El pánico y la derrota del pueblo de Dios siempre se deben a su alejamiento de Él. Los enemigos que nos vencen carecen de fuerza en el conflicto contra él. Cuando nos vencen es porque nos hemos apartado de Él.

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