“Por tanto, di: 'Así dice el Señor Jehová, que mientras los he alejado entre las naciones, y que los he esparcido por las tierras, sin embargo seré para ellos un santuario por un tiempo en las tierras donde han desaparecido.' "

Por tanto, di. Yahvé estaba claramente enojado por su actitud y Su respuesta al pueblo de Jerusalén fue que sucedía lo contrario. Aquellos que estaban esparcidos, tanto de Israel como de Judá, dondequiera que estuvieran, encontrarían que Yahvé sería un santuario para ellos. Él sería su templo. Descubrirían que tenían un santuario provisto por Yahweh, aun cuando Su santuario en Jerusalén estaría desierto.

Los velaría y protegería en todos los países a los que habían ido. No los había olvidado y seguiría suplicándoles. Y por un tiempo esta sería la situación. La restauración inmediata no era una opción. Pero luego las cosas cambiarían.

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