Los falsos profetas ( Ezequiel 13:1 ).

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel, y di a los que profetizan de su corazón: 'Tú, oye la palabra de Jehová, así dice el Señor Jehová ¡Ay de los profetas necios que siguen su propio espíritu y no han visto! ' "'

Note el continuo énfasis de Ezequiel en la palabra de Yahweh que le llega. Podemos tender a olvidar que estuvo bajo la restricción del silencio todo este tiempo y solo podía hablar cuando tenía una palabra de Yahweh. Pero cuando Yahvé se le acercó, tenía que hablar. Esta era la diferencia entre él y los falsos profetas de los que hablaba. Estaba obligado a hablar debido al Espíritu de Yahweh obrando dentro de él. En palabras de Amós 3:8 , "ha hablado el Señor Yahvé, ¿quién no profetizará?"

Esta vez las palabras fueron pronunciadas en contra de los profetas populares. Eran populares porque decían lo que los hombres querían escuchar. Afirmaron ser profetas de Yahvé. Pero sus palabras no eran de Dios. Vinieron de dentro de ellos. Eran sus propias ideas. No tenían el Espíritu de Dios inspirando sus palabras, sino que siguieron su propio espíritu. No "vieron", porque no eran verdaderos videntes. No tenían una verdadera percepción espiritual proveniente de arriba.

Todo lo que tenían procedía de su interior. Promulgaron sus propias ideas. Eran ciegos líderes de ciegos. Y Ezequiel debía 'profetizar contra ellos', es decir, denunciarlos a ellos ya sus palabras.

"Los profetas de Israel". Esto incluyó a todos los profetas tanto en Jerusalén como en las comunidades dispersas en el exilio. Realmente no tenían ningún mensaje que dar porque no escuchaban la voz de Dios.

'Tonto.' La palabra es fuerte (nabal). El necio se acarrea el desastre a sí mismo a causa de su necedad, como lo hizo Nabal ( 1 Samuel 25 ). Aunque lo profesa, en su corazón ignora la realidad de Dios ( Salmo 14:1 ) y se comporta y habla de una manera que le es contraria.

Hay muchos hoy que son 'profetas necios'. Parecen sabios y populares, dicen lo que la gente quiere escuchar, pero no escuchan la palabra de Dios ni enseñan de acuerdo con ella. Más bien escogen entre las ruinas de lo que queda de la sabiduría del hombre.

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