"Saludad a todo santo en Cristo Jesús".

El saludo es para 'todo santo (todo verdadero creyente apartado para Dios) en Cristo Jesús'. Como a lo largo de esta carta, toda la iglesia es vista como una en igualdad de condiciones. Por tanto, cada uno debe ser igualmente 'saludado' en Cristo Jesús, quien es su Señor común. Es todo incluido. Confía en que todos acogen con agrado sus palabras y los ve a todos en el mismo nivel.

Los hermanos que están conmigo los saludan.

Luego transmite los saludos de "los hermanos que están conmigo". Esto indicaría a los que de una forma u otra lo acompañaban en su encarcelamiento, y a quienes veía especialmente como "sus hermanos". Al igual que con la iglesia de Filipos misma, no se selecciona a ninguna persona. Todos están en "puntos en común" y son igualmente valiosos. Y hay tanto calor de ellos hacia los filipenses como de Pablo.

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