Y sus hermanos también fueron y se postraron ante él, y dijeron: "He aquí, somos tus siervos". '

Una vez más caen de bruces ante él, cumpliendo el sueño del que antes se habían burlado, como se han acostumbrado a hacer a lo largo de los años. Y admiten, no, más que eso, enfatizan, que son 'sus sirvientes'. Ahora no se enojan por su superioridad oficial. Están ansiosos por admitirlo si solo les ahorra su venganza.

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