Y sus hermanos también fueron y se postraron delante de él; y dijeron: He aquí, somos tus siervos.

Ver. 18. He aquí, somos tus siervos. ] ¡Oh, que Dios oiga tales palabras caer de nosotros, postrado a sus pies! ¡Cuán pronto nos tomaría en brazos y nos abrazaría! Deus redire nos sibi, non perire, desiderat, dice Chrysologus; φοβειθαι βουλεται ου φονευσαι, dice Basilio; suffundere sanguinem quam effundere, dice Tertuliano. Reconocí mi pecado y pronto se enmendaron, dice David. Sal 32: 5

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