Capítulo 37 La reacción de Ezequías y sus consecuencias: el milagro de Jerusalén.

Ezequías reaccionó a las palabras del Rabsaces orando a Yahvé y dirigiéndose a Isaías en busca de guía, un hecho que indicaba la prestigiosa posición de Isaías. Sobre esto, Isaías le aseguró que no debía tener miedo porque Dios se ocuparía del asunto. Esto fue seguido por una nueva demanda de Asiria, que Ezequías también presentó ante Dios. Entonces Isaías se le acercó con la seguridad de lo que Dios iba a hacer. El resultado fue que el ejército asirio fue destruido y el rey de Asiria, al no haber logrado capturar Jerusalén, regresó a su propia tierra, donde más tarde fue asesinado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad