"Y le entregaron el holocausto, pieza por pieza, y la cabeza, y las quemó sobre el altar".

Entonces sus hijos le entregaron 'pieza por pieza' las partes del sacrificio, incluida la cabeza. Está claro que la tarea de despellejarlo y desmenuzarlo les había quedado a ellos por las necesidades de la situación (Aaron no podía hacer dos cosas a la vez). Así, como cada uno cortó una parte, se la entregaron a Aarón. Esta descripción precisa e inusual nuevamente confirma que estamos leyendo la evidencia de un testigo ocular. Y al recibir cada pedazo, lo puso sobre las llamas del altar.

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