"Y cuando los diez lo oyeron, se indignaron con respecto a los dos hermanos".

Cuando la noticia llegó a oídos de los diez sobre este intento de adelantarse a la asignación de los puestos más importantes, se enfurecieron. Cada uno de ellos sintió que tenía derecho a reclamar un reclamo, y sintió que esta era una forma encubierta de hacerlo. Pero fue simplemente en cada caso un acto de egoísmo. Todos querían ser iguales, siempre que estuvieran entre los que eran más iguales que los demás. Porque cada uno quería el "trono" más importante para sí mismo. Y es entonces cuando Jesús aclara lo que realmente implica ocupar uno de los tronos que ofrece.

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