`` Fueron los discípulos e hicieron como Jesús les mandó, y trajeron el asno y el pollino, y extendieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó sobre ellos ''.

Entonces los discípulos fueron e hicieron precisamente lo que Jesús les había ordenado. Trajeron el asno, con su potrillo, y en ambos se extendieron túnicas festivas como parte del reconocimiento del evento. Y Jesús entonces tomó Su lugar sobre las túnicas que cubrían el pollino ('sobre ellos', es decir, 'sobre las túnicas'). No debemos subestimar la habilidad y el dominio de Jesús al montar un pollino inexperto en medio de una multitud emocionada. Se escuchó a un maestro jockey que leyó el pasaje exclamar: "Vaya, qué manos debe haber tenido". Pero no presentó ninguna dificultad al Señor de la creación, montando un asno que conocía a su Maestro.

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