Me han rodeado muchos toros, toros fuertes de Basán me han acosado. Me miran con la boca, como león rapaz y rugiente.

Sabía lo que lo había traído allí. Durante sus últimos días, había estado apiñado como por una manada de toros que lo habían amenazado y rodeado, como lo habían rodeado los sumos sacerdotes y los escribas. Y ahora allí estaban, mirándolo boquiabiertos con la boca, y mientras parados allí en la cruz, lo rodeaban por todos lados, como si fueran leones hambrientos, decididos a consumirlo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad