De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, estas cosas no deberían ser así.

Así que la misma boca produce bendición y maldición. Qué traicionera es la lengua. En un momento está lleno de alegría y alabanza, cantando salmos e himnos y cánticos espirituales, y al siguiente está esparciendo veneno y haciendo un daño terrible. Y la pregunta es ¿cómo puede el mismo manantial producir agua vivificante y agua salobre? Es antinatural. Como dice Santiago, "¡Estas cosas no deberían ser!"

'Mis hermanos.' Indicando que ahora está llegando a una especie de resumen de lo que ha estado diciendo.

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