2 Reyes 23:29

I. La característica sorprendente de esta historia es la imagen que nos da de la manera tranquila en que a veces se permite que los siervos de Dios mueran cuando terminan su trabajo. La historia de la muerte de Josías, comparada con la de su vida, pone las cosas en el orden correcto: su vida activa, trabajadora, celosa; su muerte tranquila, aburrida, lo que deberíamos llamar sin gloria. La historia parece adecuada para frenar esa tendencia que existe en la mente de los hombres a poner demasiado énfasis en las circunstancias de la muerte de un hombre, a gustarle las emocionantes escenas del lecho de muerte, a deleitarse con los libros religiosos que describen muy vívidamente los últimos momentos de las almas que parten.

El que será menos reprobable en el último día será el que haya trabajado aquí con más fervor y vigor por la causa de la santidad y de Cristo, cuando todas las tentaciones del mundo y la fuerza de Satanás se le han opuesto.

II. La moraleja que podemos extraer del texto es que aquel que hace su trabajo en el tiempo apropiado, que no posterga hasta la vejez el trabajo de la juventud, ni hasta la hora de la muerte el trabajo de la vida, puede estar tranquilo y despreocupado por la forma en que Dios se complace en llamarlo. Si es llamado por alguna providencia repentina cuando está ocupado en su trabajo o es convocado por una enfermedad repentina, puede que tenga buen ánimo y una mente tranquila, sabiendo que Dios hará todas las cosas bien.

Obispo Harvey Goodwin, Sermones parroquiales, tercera serie, pág. 93.

Referencias: 2 Reyes 23 Parker, vol. viii., pág. 302. 2 Reyes 24 Ibíd., P. 305. 2 Reyes 25:30 . Spurgeon, Mañana a mañana, pág. 45.

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