Salmo 116:12

El gran pensamiento que se encuentra aquí es que mejor le pagamos a Dios aceptando con gratitud lo que Él da.

I. Note cuán profundo penetra ese pensamiento en el corazón de Dios. Le pagamos a Dios tomando en lugar de dando, no simplemente porque Él no necesita nada y no tenemos nada que no sea Suyo. El motivo de su donación es la razón más profunda por la que nuestra mejor recompensa es nuestra recepción agradecida de sus misericordias. El principio de nuestro texto se basa finalmente en "Dios es amor y desea nuestro corazón", y no meramente en "Dios lo tiene todo y no necesita nuestros dones".

II. Mire los elementos que componen esta retribución de Dios en la que Él se deleita. (1) Asegurémonos de reconocer el contenido real de nuestra taza. Es una copa de salvación, por muy difícil que sea a veces creerlo. (2) Asegúrese de tomar lo que Dios le da. No puede haber mayor desprecio y deshonra para un dador que el descuido de sus dones. (3) Aún queda por nombrar un elemento más: el reconocimiento agradecido de Él en todos nuestros banquetes. "Invoca el nombre del Señor". Solo el que disfruta de la vida en Dios, la disfruta dignamente. Solo el que disfruta de la vida en Dios la disfruta.

A. Maclaren, Weekday Evening Addresses, pág. 142.

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