Salmo 116:11

El texto revela que el salmista atravesó la sombra de ese estado de ánimo al que damos el nombre de cinismo. El gran peligro es que el estado de ánimo se convierta en un hábito, que no lo cuidemos hasta que se convierta en una actitud mental crónica, y comencemos a perder el sabor de su amargura ya sentir un placer morboso en complacerlo. Observe una o dos salvaguardias prácticas contra la actitud o el hábito del cinismo.

I. Valoremos una estimación modesta de nuestras propias habilidades y nuestra propia importancia.

II. Cultivemos el hábito de buscar las excelencias humanas y de poner la construcción más generosa en las acciones humanas.

III. Tratemos de mirar a todos los hombres como a través de los ojos de Cristo.

T. Campbell-Finlayson, Christian World Pulpit, vol. x., pág. 353.

Referencias: Salmo 116:11 . S. Baring-Gould, Cien bocetos de sermones, pág. 186. Salmo 116:12 . Spurgeon, Sermons, vol. xvi., núm. 910.

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