Dije a toda prisa - La palabra hebrea que se usa aquí significa huir a toda prisa; estar alarmado y nervioso; y la idea parece ser que la afirmación mencionada se hizo bajo la influencia de la emoción, o que no fue el resultado de una reflexión sobria, sino de un estado mental agitado. No implica necesariamente que lo que se dijo era falso, ya que se pueden hacer muchas afirmaciones verdaderas cuando la mente está agitada y excitada; pero el significado es que él estaba entonces en un estado mental que sugería la creencia y provocaba la afirmación de que todas las personas son mentirosas. Si la reflexión tranquila confirmaría o no esta impresión del momento sería una pregunta justa después de que terminara la emoción.

Todos los hombres son mentirosos - Son falsos; nadie es confiable. Esto se dijo en el momento de su aflicción, y esto agregó mucho a su aflicción. El significado es que, en esas circunstancias de angustia, nadie acudió en su ayuda; nadie simpatizaba con él; no había nadie a quien pudiera desapegarse; nadie parecía sentir ningún interés en él. Había parientes en quienes podría haber supuesto que podía confiar; puede haber habido aquellos a quienes les había mostrado amabilidad en circunstancias similares; puede haber habido viejos amigos cuya simpatía podría haber tenido razones para esperar; Pero todo falló. Nadie vino a ayudarlo. Nadie derramó una lágrima sobre sus penas. Nadie se mostró fiel a la amistad, a la simpatía, a la gratitud. Todas las personas parecían ser falsas; y él estaba encerrado solo con Dios. Algo similar se hace referencia en Salmo 41:5; Salmo 88:18; compare también Job 19:13. Este no es un sentimiento antinatural en la aflicción. La mente es entonces sensible. Necesitamos amigos entonces. Esperamos que nuestros amigos muestren su amistad entonces. Si no hacen esto, nos parece que el mundo entero es falso. Es evidente por todo el curso de la observación aquí que el salmista en la reflexión sintió que había dicho esto sin el debido pensamiento, bajo la influencia de la emoción, y que estaba dispuesto, cuando su mente volvió a la calma, a pensar mejor en la humanidad. que lo hizo en el día de aflicción y problemas. Esto tampoco es infrecuente. El mundo es mucho mejor de lo que pensamos que es cuando nuestras propias mentes son morbosas y nuestros nervios no están tensos; y tan malo como es el mundo, nuestra opinión sobre él no es infrecuentemente el resultado más bien de nuestro propio sentimiento equivocado que de una simple reflexión sobre el verdadero carácter de la humanidad.

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