Zacarías 1:18

I. Como emblemas físicos de la fuerza, los cuernos son en las visiones proféticas representativos de los poderes o reinos terrenales. El número cuatro, en su aceptación profética, es la firma del mundo, y se usa aquí para indicar poderes que vienen de todos lados o de todas partes. Como en la visión anterior se representaba a los jinetes como si hubieran recorrido toda la tierra y se encontraran en silencio, así aquí todos los poderes terrenales hostiles al pueblo de Dios están, en general, indicados por los cuatro cuernos.

II. Mientras el profeta continuaba mirando, Jehová le mostró que más bien le hizo ver a cuatro obreros o artífices, y le informó que los obreros habían venido para espantar, o desconcertar y derribar a estos opresores. "Estos han venido a deshilacharlos". En el uso moderno, el verbo "fray" significa frotar o limar, pero en inglés antiguo se usa en el sentido de aterrorizar o asustar. Los cuatro obreros no simbolizan cuatro poderes especiales por los cuales los enemigos de Judá serían derrotados y derrotados; así como los cuernos eran cuatro, un número igual de obreros vino para indicar que el derrocamiento de los enemigos de Judá estaba completo. Cada cuerno tiene su destructor destinado.

III. Lo que se mostró así para el consuelo del pueblo de Dios en los tiempos antiguos no es menos para el consuelo y aliento de la Iglesia en todas las épocas y lugares. El Ángel del Señor, el Divino Redentor, permanece para siempre con esa Iglesia que ha comprado con Su sangre. Y exaltado como está al trono de su gloria, teniendo todo el poder en el cielo y en la tierra, puede enviar en cualquier momento agentes mediante los cuales el poder de los enemigos de la Iglesia será quebrantado y todas sus fuerzas derrotadas. Incumbe a la Iglesia, entonces, tener fe en su exaltada Cabeza y esperarle pacientemente.

W. Lindsay Alexander, Visiones y advertencias de Zacarías, pág. 17; véase también Homiletic Quarterly, vol. iii., pág. 220.

Referencias: Zacarías 1:20 . Spurgeon, Evening by Evening, pág. 342. Zacarías 2:1 . Ibíd., Sermones, vol. x., No. 604.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad