Zacarías 12:1

I. El Creador de los cielos y la tierra y el espíritu del hombre tiene un Israel. La idea de Israel es la comunión con Dios, y el poder con Dios se gana en y por esa comunión. El hombre está obsesionado por algo que surge del cielo y de la tierra y que no lo deja descansar. Un mundo viviente lo rodea, material, pero lleno de sugestión espiritual, que lo invita a buscar a Dios y lo despierta cuando se vuelve aburrido y duro.

Parece una necesidad para el hombre, cuando es golpeado y presionado por estas fuerzas, a las que todavía se sabe superior, pedir ayuda al Hacedor de todo. Alguien tan profundamente consciente de la necesidad de ayuda no puede dejar de buscar la ayuda del Dios que ha encontrado. Y esta pregunta, tan inevitable, no puede ser inútil. Si pedir es una necesidad con el espíritu que tiene comunión con Dios, debe haber espacio y necesidad del lado de Dios. El Israel de Dios consiste en aquellos que lo buscan y, al buscarlo, tienen poder con Él.

II. Dios tiene una palabra para Su Israel. Ni los cielos, ni la tierra, ni el espíritu de un hombre toman el lugar de una palabra. Cada uno es una revelación. Pero están más llenos de preguntas que de respuestas. El corazón del hombre necesita una palabra. Es sólo en palabras que hay definición. Una de las grandes peculiaridades distintivas del hombre es que emplea palabras. Por estos alcanza la plenitud de su ser.

Él hace que todas las cosas vagas y vagas sean firmes y respetuosas con las palabras. ¿Y no se encontrará Dios con él en esta plataforma más alta? Una palabra de Dios es una necesidad para el alma humana. No puede haber un Israel sin una palabra. Dios tiene una palabra para Israel que hace que la comunión sea cercana y confiada. La palabra refresca el alma cansada. Dirige y anima. Tiene un tono humano, mientras que es Divino. La palabra le da al hombre la clave necesaria para la interpretación del universo y de sí mismo.

III. La palabra de Dios a Israel es una carga. (1) Es una carga por el peso de sus ideas. (2) Es una carga de trascendencia y obligación. (3) Es una carga que es más fácil de soportar en su totalidad que en parte. (4) Es una carga que elimina cualquier otra carga.

J. Leckie, Sermones predicados en Ibrox, pág. 21.

Referencia: Zacarías 12:8 . TB Baker, Thursday Penny Pulpit, vol. iii., pág. 187.

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