UNA JUVENTUD INDUSTRIAL

"El varón Jeroboam era valiente y valiente; y viendo Salomón que el joven era trabajador, lo nombró gobernador de todo el cargo de la casa de José".

1 Reyes 11:28

Es interesante observar el comienzo de la prosperidad de Jeroboam. Comenzó con mérito y fue promovido por la misma causa. La laboriosidad y la actividad encomendaron al joven a la atención y la confianza de sus superiores. Si sus principios morales hubieran sido iguales a su habilidad y diligencia, Jeroboam habría ocupado una posición honorable en las crónicas hebreas, y a su nombre no se le habría atribuido el estigma de 'hizo pecar a Israel'.

I. La capacidad y la diligencia de los jóvenes son dignas de admiración. —Hasta cierto punto, los hombres no son responsables de su capacidad; la capacidad y facultad son innatas, son el otorgamiento de la Divina Providencia. Pero los dones naturales aumentan con el uso. Al que tiene, se le dará. La mayoría de los jóvenes están dotados de tal grado de habilidad que, si se cultivan con seriedad y fidelidad, les permitirá prestar un buen servicio a su generación.

II. La habilidad y la diligencia conducen a la promoción. —Los hombres confían más en quienes hacen buen uso de lo que tienen. No hay un ámbito de la vida en el que el mérito sea tan sobreabundante que no se le preste atención ni se lo emplee. La oportunidad, el momento de avanzar, llega a la mayoría de los jóvenes que se han preparado para ello.

III. La habilidad y la diligencia pueden usarse sabiamente o abusarse vergonzosamente. —En el servicio del pecado, los hombres trabajan duro y 'tienen su recompensa'. Pero nadie puede buscar y servir al Señor sin encontrar en Él un Maestro bondadoso dispuesto a reconocer la devoción y recompensar el servicio, más allá del mérito o la expectativa.

Ilustración

'El instrumento para destruir el reino de Salomón fue creado por él mismo. Es la vieja historia de un joven de marca que atrae la atención del rey y es ascendido a puestos de confianza, que a la vez despiertan la ambición y dan prominencia e influencia que parecen brindar la posibilidad de gratificarla. Jeroboam se hizo conspicuo por su energía (porque ese más que "valor" debe ser el significado de la palabra), y así consiguió la promoción.

Era natural, pero al mismo tiempo peligroso, ponerlo al mando de los trabajos forzados de su propia tribu, como nos muestra la narración; porque la “casa de José” es la tribu de Efraín, a la cual, según la traducción correcta del versículo 26, él pertenecía. En un cargo así, sería arrojado entre sus parientes, y de inmediato ganaría influencia y aprendería a simpatizar con su descontento.

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