Salmo 104:34

34 Que mi meditación le sea grata y que yo me alegre en el SEÑOR.

DULCES PENSAMIENTOS DE DIOS

"Mi meditación en él será dulce: me alegraré en el Señor".

Salmo 104:34

La meditación es el reposo tranquilo y silencioso de la mente en un gran hecho hasta que ese hecho tiene tiempo de penetrar en la mente e impregnarla de su influencia. La meditación es el pensamiento silencioso en verdades individuales, el entorno estable del pensamiento atento alejado de otras cosas y concentrado solo en esto.

I. Las palabras del texto implican una relación personal : es decir, la relación del hombre que piensa hacia una Persona Divina sobre la que medita. A través de ella está el Dios vivo y personal a quien el salmista vio, el Dios que pensó, sintió, tramó, gobernó y amó, y con quien el salmista mismo se relacionó. No una Deidad abstracta o distante es Aquel que clama la adoración de Sus criaturas humanas, sino Aquel en quien vivimos, y nos movemos, y tenemos nuestro ser alrededor de nuestro camino y nuestro lecho, y buscando todos nuestros caminos.

II. Considere de dónde viene la dulzura de este ejercicio de la cabeza y el corazón. - (1) Es dulce pensar en el amor de Cristo, y especialmente darse cuenta de que nosotros, con toda nuestra indignidad consciente, somos los objetos de él. (2) Es dulce pensar en las muestras de amor de nuestro Salvador ausente. (3) Es dulce anticipar el momento en que nos encontraremos con Él, 'A quien, sin haber visto, amamos; en quien, aunque ahora no le vemos, creyendo, nos regocijamos con gozo inefable y lleno de gloria.

-Rvdo. Canon Garbett.

Ilustración

'¿De Aquel a quien he olvidado, descuidado, desafiado? ¿Puede ser dulce meditar en Él? Es dulce meditar en las cosas que amamos, en las cosas que nos deleitan, en aquellos de quienes esperamos beneficio y de quienes lo merecemos. Pero, ¿cómo puede ser dulce para un pecador meditar en su Dios, el gran obstáculo para su seguridad y su felicidad, sin quien él podría complacer sus propensiones y estar tranquilo en cuanto a las consecuencias? Esto es imposible; si bien hay una deuda sin cancelar entre nosotros y nuestro Dios, no puede ser agradable para nosotros pensar en Él '.

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