'DOMINUS ILLUMINATIO MEA'

'El señor es mi luz.'

Salmo 27:1

'El señor es mi luz.' Aquí solamente David, en todos sus salmos, así habla del Señor; y, de hecho, esta expresión exacta solo aparece dos veces en el Antiguo Testamento. "Cuando me siente en tinieblas", dice el profeta Miqueas, "el Señor será mi luz".

I. "El Señor es mi luz". —La de David fue una vida de grandes vicisitudes. Su temperamento también era de un tipo que alterna entre períodos de gran euforia y gran depresión. El Señor era su luz, la luz con la que veía las cosas como realmente eran cuando las brumas de la pasión y del amor propio quisieran haberlas ocultado.

II. Jesucristo fue 'la verdadera Luz que alumbra a todo hombre que viene al mundo'. —Es luz porque es lo que es: perfección absoluta respecto de las verdades intelectuales; perfección absoluta con respecto a la belleza moral. De ahí esas palabras trascendentales, "Yo soy la Luz del mundo", y de ahí esa confesión del credo cristiano, "Dios de Dios, Luz de Luz".

III. 'El señor es mi luz.' —Aquí hay un lema para la Iglesia de Cristo. En la época más oscura de la Iglesia, la oscuridad nunca ha sido universal, la savia nunca se secó; la tradición de la luz y el calor se ha transmitido a tiempos más felices, cuando sus miembros podían decir nuevamente con algo así como un acuerdo sincero: "El Señor es mi luz".

IV. Aquí también hay un lema para la educación cristiana. —Un tipo de educación solo es seguro, uno solo merece el nombre, y su principio rector es de época en época: "El Señor es mi luz".

V. Este es el lema de los cristianos individuales. —En precisamente el sentido en que podemos decir con sinceridad estas palabras, somos leales a nuestro Señor Jesucristo.

—Canon Liddon.

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