Y Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla; y mientras él destruía, miró Jehová, y se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruyó: Basta, detén ahora tu mano. Y el ángel del SEÑOR se paró junto a la era de Ornán jebuseo.

Ver. 15. A Jerusalén para destruirla. ] Allí estaba el arca; Allí estaban David y los ancianos humillándose: allí, por tanto, llegó la plaga al final.

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