Y la otra mujer dijo: No; pero el que vive es mi hijo, y el muerto es tu hijo. Y este dijo: No; pero el muerto es tu hijo, y el vivo es mi hijo. Así hablaron ante el rey.

Ver. 22. Y la otra mujer dijo: No. ] Este dijo: No, y el otro dijo: Sí; vocis et clamoris contentione inter se más suo certabant; y porque no había ni pruebas ni testigos, el oyentes haeserunt animis penduli, dubiique, earum Utri credendum potius esset, un earum neutri, como Cicerón una dice en otro caso, colgado en suspenso, y no podría decir qué creer.

a Lib. i., De Orator.

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