Y el otro querubín tenía diez codos; ambos querubines eran de una medida y de un mismo tamaño.

Ver. 25. De una medida y de una talla. ] Y todo de acuerdo con el modelo dado por Dios a David. Entonces, aquí no hay ningún alegato a favor de la imaginería papista, o la idolatría contra el segundo mandamiento, a menos que puedan producir una autorización especial del legislador, quien puede, cuando le plazca, prescindir de su propia ley.

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