Y Nob, ciudad de los sacerdotes, hirió a filo de espada a hombres y mujeres, niños y lechones, bueyes, asnos y ovejas, a filo de espada.

Ver. 19. Y Nob, la ciudad de los sacerdotes, lo hirió. ] Josefo dice que lo arrasó y lo quemó, y dejó el tabernáculo de Dios, por cuanto yacía en él, sin lugar ni sacerdotes para ministrar.

Tanto hombres como mujeres, niños y lactantes. ] Todos ellos hasta el número de trescientos ochenta y cinco, dice Josefo; a todos los que Beda cuenta entre los mártires: y Osiander hace de este infanticidio un tipo y figura de la huida de nuestro Salvador a Egipto.

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