Enviaron, pues, y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: Envía el arca del Dios de Israel y déjala volver a su lugar, para que no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo, porque había un destrucción mortal en toda la ciudad; la mano de Dios estaba muy pesada allí.

Ver. 11. Déjalo ir de nuevo a su propio lugar. ] Hoc magno mercentur Hebraei. Se informa de la gente de las Indias Orientales, en la isla de Ceilán; que habiendo sacado de ellos un diente de simio, que era una cosa consagrada por ellos, ofrecieron una increíble masa de tesoro para recuperarlo. Pero qué cara de simio era el diablo a para poner a Herodoto b al historiador a trabajar, para decir que en Ascalon, una ciudad de los filisteos, Venus tenía un templo, - algunos piensan que Dagón es Venus, - que cuando cierto ladrones robaron, fueron heridos con emerods!

a Satan est Dei Simia.

b Joseph., lib. X. gorra. 1.

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