Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte?

Ver. 23. Y hirió a Micaías. ] Hacer esto en audiencia pública, y en tal presencia, fue una gran imprudencia; además de la violencia, que todavía se suele ofrecer a los siervos de Cristo, cuando faltan otros argumentos. Argumenta sua formant en Barbara et Ferio, como se dice ingeniosamente. Si Micaías hubiera golpeado a Sedequías, habría habido algo que hacer. Pero es mejor que algunos roben un caballo, que otros miren por encima del seto.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad